La mayor confrontación entre los Estados Unidos y la Unión Soviética no se dio en Europa, sino en el Caribe. Tuvo lugar durante la llamada "crisis de los misiles" en Cuba, en octubre de 1962.
En abril de 1961 Fidel Castro proclamó oficialmente el carácter socialista de su gobierno. Con ello daba un giro radical al programa original de la revolución cubana. Ahora se trataba de establecer en Cuba un socialismo de corte soviético, por lo que el primer ministro de la URSS, Nikita Khrushchev no tuvo reparos en fortalecer el subsidio del nuevo régimen de La Habana. La URSS no solo garantizó a Fidel Castro grandiosos recursos económicos, sino también asesores militares y armas de todo tipo, incluidos entre ella los misiles balísticos nucleares de medio e intermedio alcance. Así se inició la construcción en Cuba de rampas para el lanzamiento de cohetes capaces de llegar en minutos a la zona sur oriental de los Estados Unidos. El objetivo fundamental desde el punto de vista soviético era el de modificar el equilibrio de armas atómicas desplazadas por el mundo, hasta entonces desfavorable a la URSS.
Estados Unidos se les encargó la tarea de interceptar y revisar todos los barcos que se dirigían a Cuba. El fin era el de comprobar si conducían armas atómicas. Esta medida de Estados Unidos contó con el respaldo de la Organización de Estados Americanos.
El final de la crisis constituyó un paso de avance hacia el fin de la guerra fría. Sin embargo para el gobierno de Cuba resulto un hecho frustrante, pues no tuvo en cuenta sus condiciones para la retirada de los cohetes ni se incluyó a Castro como firmante del pacto. Por un tiempo las relaciones de la Habana y Moscú se agriaron a causa de esta exclusión. Fidel Castro no sólo le dio un frío recibimiento a Anastas Mikoyan, encargado de relaciones exteriores de la URSS, cuando este visitó Cuba poco después de la crisis, sino que respondió a la política soviética de distensión con la incentivación de grupos armados en toda América Latina, y en diversos países de Africa. La Habana condenó la política reformista de los Partidos Comunistas mucho de los cuales se fragmentaron en grupos de "prosoviéticos" y "procastristas". Estas divergencias se extendieron hasta principios de los de los setenta. Cuba inició realmente la mejoría sus relaciones con la URSS a partir de dos hechos, la muerte de Guevara en Bolivia (1967) y la defensa pública hecha por Castro de la entrada de los tanques soviéticos en Praga (1968). Dentro del exilio cubano en EUA, el pacto Kennedy-Krushchev, tampoco resultó muy bien recibido, pues aquel acuerdo se interpretó como la entrega oficial de Cuba al imperialismo soviético
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